¡Tiene narices!
Si los gatos tuvieran currículum, en la sección de “habilidades especiales” pondrían en negrita: olfato de precisión quirúrgica. Aunque se les conozca más por su agilidad o su mirada de desprecio pasivo-agresivo cuando no les llenamos el comedero a tiempo, lo cierto es que el olfato de los gatos es una herramienta tan afilada como sus garras (pero menos dolorosa).